Desde pequeña
hay algo que siempre me ha vuelto loca. Cada vez que paso por un escaparate me
paro, veo en la tele a un deportista, actor, actriz, cantante... y me fijo en
cual llevan, en revistas más de lo mismo se me van los ojos… y así desde que
tengo uso de razón.
Los relojes
son mi particular objeto del deseo, les he tenido de todos los colores y de
todas las formas, siempre, desde pequeña, he lucido uno en mi muñeca derecha,
sí en la derecha, no sé si por manía, por ser distinta al resto o por qué,
muchos me han preguntado si soy zurda pero no, es por manía.
Recuerdo que
cuando tuve mi primer reloj aún no sabía ni las horas (por cierto, a mi Lufi la
pasa lo mismo) pero todavía recuerdo aquel mini reloj rosa en la joyería de
Nano. Tras él llegó uno también rosa (¿a qué no adivináis cuál es mi color
favorito?) de Minnie Mouse y después de ellos un sinfín de modelos. Para el
recuerdo mi ‘Baby G’ blanco como el de Emma de las Spice Girls, mi lotus de
correa metálica y esfera azul por mi acceso a la universidad y mi lotus actual
negro (de la colección de Sara Carbonero, aunque no soy nada pro Carbo) gracias
a mi primer trabajo.
