Al principio, la mayoría de los niños se
apuntan bien porque lo hace el resto de sus amigos, bien porque sus padres lo
quieren, o bien porque quieren llegar a ser como las estrellas del fútbol o el
baloncesto.
La verdad, es que no recuerdo porque
comencé a jugar a baloncesto, siempre me gustaron los deportes y además me
gustaba tener todos los días ocupados con horas extraescolares, no es que me
obligasen a ello, es que disfrutaba, entrenando, yendo a coro o haciendo
ballet. Un millón de actividades que te hacen conocer gente y desarrollarte
como persona.
Entrenaba dos días a la semana y luego un
partido. Jugué durante ocho años, llegando a capitana. Conocí a un montón de
gente que luego me he ido encontrando a lo largo de los años, a algunas en el
instituto, a otras en selectividad o en la universidad…
Recuerdos que aún hoy me hacen sonreír y
que seguramente cuente cuando sea una abuelita. La mía me contaba como jugaba
ella con sus petos con falda, pasábamos ratos geniales hablando de ello, ahora
mismo me están sacando una sonrisa, y es que mi abuela pasaba a duras penas del
1,50 y al imaginarla con su faldita jugando no puedo menos que sonreír, los que
lo leáis y la conocíais seguro que tenéis una media sonrisa dibujada en
vuestras caras.
Por esto, os aliento a que animéis a
vuestros hijos a que comiencen a practicar deporte, abuelos, padres y tíos os
sentiréis orgullosos de sus logros y ellos crecerán de una manera fuerte y
sana.
El deporte no sólo hace que vuestros
hijos se relacionen con otros niños, conocer nuevos pueblos y ciudades, sino
que también aprenden a trabajar en equipo, a mi me sirvió mucho porque soy un
poco marimandona, además de llevar una vida más saludable sin tener que
esforzarse demasiado.
Como veis el Rincón de Tata hasta ¡da consejos! Pero todo es porque son de los
mejores recuerdos que tengo, el deporte me ayudó a ser mejor y en mi rincón
será uno de los principales protagonistas.
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