Hay una cosa que agradeceré a mi padre
toda la vida y es enseñarme a amar el fútbol.
El fútbol es más que un deporte, es más
que once contra once, es más que ver un partido por la tele porque no echan
nada más. El fútbol es mucho, mucho más.
Es una pasión, un algo que te nace en el
estómago, por el que lloras, por el que ríes, por el que gritas, por el que
saltas y por el que te arrodillas.
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Pero es una pasión bonita, la más bonita,
a mi me gusta leer, me gustan las pelis y series, la ropa, los zapatos, bolsos,
relojes… También me gusta ver el basket o el tenis, en especial a Rafa Nadal,
sin embargo, no hay nada como ver ganar a mi Madrid. La emoción, las horas
previas del partido, ver la alineación, luego como juegan, las declaraciones,
el post partido… TODO. También tiene su parte mala,, la derrota es muy amarga,
pero ¿y cuándo gana? Cuando gana es lo más bonito del mundo, y es que ya lo
dijo Mourinho “bonito, bonito, bonito es
ganar, pero lo bonito, bonito, bonito es ganar con el Real Madrid”.
Luego está la selección, ahí es todo
distinto, todos somos del mismo equipo, mis enemigos más acérrimos se
convierten en tus compañeros, en los que abrazas en cada gol y con los que
celebras los títulos.
Por todos estos momentos, ¡cómo no voy a
amar el fútbol!
Mi última alegría me la ha dado mi Lufi,
cuando me dijo que quería una camiseta del Madrid porque ella va al cole, los
niños tienen las camisetas de sus equipos y ella no la tiene. Yo la dije que no
se preocupase que su tata se la compraba. Justo habíamos perdido la final de la
Copa del Rey, y la dije a mi hermana, pasará malos tragos, pero tendrá muchos
más buenos y, además, inigualables.
Así que animad a vuestros peques si los
tenéis o si los vais a tener en un futuro a seguir el fútbol, siempre tendrán
de que hablar y además es una pasión que les darán momentos insuperables, porque
puedes alegrarte cuando ganó España el Mundial, por ejemplo, pero si encima
sois como yo de futboleros la experiencia es elevada a infinito, y si encima
sois vikingos, mejor que mejor, que la sangra blanca como la mía es
indestructible.
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